
Hace días que los peces se quejan de falta de espacio. Es normal, cada día son más y los pobres están estrechos. Dicen que se sienten oprimidos y que les cuesta respirar. Somos plenamente conscientes, pero entre la ropa vieja, las cajas de fruta, los cuentos y todo lo demás es imposible que estemos anchos. De acuerdo que han tenido paciencia durante mucho tiempo, pero eso no justifica lo que nos han hecho hoy: se han amotinado. Nos amenazan con saltar de su pecera y buscarse la vida en pescaderías, acuarios o donde sea. De momento estamos en negociaciones a ver si lo podemos resolver. La cosa está tensa ...
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